29 de febrero de 2008

La viuda eterna


A pesar de su prolífica y exitosa carrera como actriz, Lauren Bacall siempre llevó sobre sus espaldas la sombra de uno de los pesos pesados de Hollywood: su marido, Humphrey Bogart. 25 años menor que él, una jovencísima Lauren Bacall conquistó al héroe americano en 1944, cuando rodaban Tener y no tener. Desde entonces compartieron cartel en tres ocasiones más. Juntos coprotagonizaron un título clásico del cine negro: Cayo Largo, de John Huston, en el que Bacall interpreta a la seductora y distante Nora Temple.

De una belleza un tanto exótica, muy a lo siglo XXI, destacaba por sus grandes ojos y sus gruesos labios. No puedo terminar sin acordarme de la piel tan perfecta y satinada que presume en sus películas (resultado, todo hay que reconocerlo, del blanco y negro y de la iluminación) y que sería la envidia de cualquiera actriz actual infestada de botox. Y hablando de botox, en una de las últimas pelis en las que participó, Dogville (2003) de Lars von Trier, Lauren Bacall trabajó junto a Nicole Kidman. Y tales fueron los aires de grandeza de Nicole, que en una rueda de prensa la Bacall tuvo que bajarle los humos y decirle: “Chata (traducción no real), aquí la única estrella que hay soy yo”. ¿Alguien lo dudaba?

26 de febrero de 2008

Bella de día


Ella, Catherine Deneuve, es quizá la intérprete más fascinante que ha dado el cine europeo a lo largo del siglo XX. De una belleza lánguida y gélida, se convirtió en musa de grandes directores, algo de lo que muy pocas actrices pueden presumir. François Truffaut, Roman Polanski o Luis Buñuel se inspiraron en ella para dar a luz algunas de las películas más revolucionarias de la filmografía europea. De ahí que Catherine Deneuve haya protagonizado papeles arriesgados y haya sido la primera gran actriz del cine independiente, dando vida a complejos personajes en las décadas de los 60 y 70.

El maestro Buñel fue el responsable de convertirla para siempre en una actriz de culto, con su papel de prostituta desequilibrada en Belle de Jour (1966). Deneuve convirtió su personaje en un mito del cine experimental y le otorgó una personalidad única. Un arquetipo femenino que caló en la sociedad. La melena rubia platino de Catherine en el film ha sido uno de los peinados más copiados en las últimas décadas, y los zapatos negros con la hebilla plateada en el empeine, que lucía la francesa, tuvieron tanto éxito que fueron bautizados posteriormente como “manoletinas Belle de Jour”.