26 de marzo de 2008

Voyage à deux


_ ¿Qué clase de personas son las que se pasan
horas sin tener nada que decirse?

_ Los matrimonios.

(Diálogo entre Audrey Hepburn y Albert Finney,
en Dos en la carretera).

Llena de diálogos incisivos, ironías, desprecios, frialdad en el trato y reproches, esta película de Stanley Donen es una obra indispensable para entender la erosión del amor y el distanciamiento emocional que todas las parejas sufren con el paso del tiempo. Se trata de un film técnicamente muy complicado, que superpone, a través de saltos en la estructura y del montaje paralelo, los cuatro viajes por la riviera francesa que los protagonistas, Mark (Albert Finney) y Joanna (Audrey Hepburn), han realizado en distintos momentos de su relación. Una auténtica road movie llena de glamour.

Una peli muy recomendable, con buenas interpretaciones de los dos actores principales (aunque admito que Paul Newman hubiera estado muy bien en bañador por la arena de Saint Tropez), gran banda sonora de Henry Mancini y un fabuloso vestuario (sobre todo el de Audrey, claro) al más puro estilo Givenchy. Es una de esas películas que hay que ver dos veces para llegar a todo, comprender las situaciones y diálogos y lograr emocionarte con los protagonistas. La cuidada estética del film, favorecida por la fotografía, consigue que las imágenes narren por sí solas y que el espectador sienta que viaja por la Costa Azul. Sin duda, el mejor trabajo de Stanley Donen y uno de los papeles básicos de la filmografía de Audrey Hepburn (obligada para los fans de la actriz).

Aunque es necesario advertir algo: ver esta peli produce una inevitable necesidad en el espectador de recorrer Francia en coche, a través de carreteras verdes y pasando las noches en moteles encantados. Malditos gabachos.

13 de marzo de 2008

El diablo volverá a nacer este año


El clásico del cine de terror, La semilla del diablo, que dirigió Roman Polanski y que protagonizó Mia Farrow en 1968, volverá a ser llevada a la gran pantalla. Los estudios Paramount ya están negociando la nueva versión de este film. El productor del remake será Michael Bay, autor de cintas como Armagedon o Pearl Harbor. Hollywood se dispone a destripar una obra maestra del cine de terror, para convertirla en una cinta comercial que llene las salas de cine. La película pasará de ser una obra de autor a ser una simple superproducción llena de efectos especiales.

La película, basada en la novela del mismo nombre de Ira Levin, relata la llegada de una joven pareja a un apartamento gótico y el misterioso embarazo de la mujer, Rosemary (Mia Farrow), que descubrirá que sus vecinos componen una secta satánica y que su marido forma parte de ella. Me surgen varias preguntas: ¿Quién interpretará a Rosemary? ¿Se respetará el final? Y sobre todo ¿se rodará en los interiores del mítico edificio Dakota de Nueva York, como en la versión de Polanski? Todavía no se conoce el nombre del director de la película, pero que eche a temblar si el productor decide grabar en el Dakota: rituales de magia negra, sesiones de espiritismo y fenómenos de poltergeist forman parte de la leyenda negra del edificio. Allí vivió John Lennon con Yoko Ono y allí fue asesinado. Además, Polanski fue amenazado de muerte por un grupo satánico que le presionó para que pusiera fin al rodaje de la película, después de que la prensa desvelara las connotaciones mágicas del Dakota. No está claro quién la mató, pero nada más terminarse La semilla del diablo, Sharon Tate, esposa de Polanski, fue asesinada. Ese edificio está maldito, y maldito estará quién se atreva a profanar la película original. ¿Asustado?


10 de marzo de 2008

Todas quieren ser Holly


Es la prostituta más famosa de la historia del cine (y de la literatura), y Audrey Hepburn le dio tanto al papel, que todas hemos querido alguna vez ser Holly Golightly en Desayuno con diamantes. Y quién diga lo contrario, miente. ¿Cómo es posible que una puta que vive en una casa de 30 metros sin muebles, se haya convertido en el personaje más glamouroso y envidiado de la gran pantalla? Varios factores tienen la culpa. En primer lugar, el autor del relato en el que se basa la película, Truman Capote. Solo él era capaz de crear un personaje como el de Holly. En segundo lugar, la ciudad de Nueva York. Y es que no es lo mismo vivir en la Gran Manzana, aunque sea en un minipiso, y tomar el aperitivo en el Club 21; que vivir en Albacete (perdón a los de Albacete, pero tenéis que reconocerlo) y tomar unos chatos en Casa Manolo. Y en tercer y último lugar, la actriz encargada de dar vida a Holly Golightly, la gran Audrey Hepburn, elegancia pura.

A pesar de declararme fan total de la peli, de la novela y, por supuesto, de la actriz, tengo que confesar que me encantaría poder ver una versión de Desayuno con diamantes con la intérprete que Capote quería para el papel: Marilyn Monroe. Por muy rentable que haya resultado este error de casting, hay que reconocer que Marilyn hubiera estado estupenda y mucho más creíble que Audrey. ¿Imaginas a Marilyn arreglándose para irse a Sing Sing? Yo sí.





Os recomiendo leer: http://plagiopuro.blogspot.com/2008/03/holly-golightly.html