10 de marzo de 2008

Todas quieren ser Holly


Es la prostituta más famosa de la historia del cine (y de la literatura), y Audrey Hepburn le dio tanto al papel, que todas hemos querido alguna vez ser Holly Golightly en Desayuno con diamantes. Y quién diga lo contrario, miente. ¿Cómo es posible que una puta que vive en una casa de 30 metros sin muebles, se haya convertido en el personaje más glamouroso y envidiado de la gran pantalla? Varios factores tienen la culpa. En primer lugar, el autor del relato en el que se basa la película, Truman Capote. Solo él era capaz de crear un personaje como el de Holly. En segundo lugar, la ciudad de Nueva York. Y es que no es lo mismo vivir en la Gran Manzana, aunque sea en un minipiso, y tomar el aperitivo en el Club 21; que vivir en Albacete (perdón a los de Albacete, pero tenéis que reconocerlo) y tomar unos chatos en Casa Manolo. Y en tercer y último lugar, la actriz encargada de dar vida a Holly Golightly, la gran Audrey Hepburn, elegancia pura.

A pesar de declararme fan total de la peli, de la novela y, por supuesto, de la actriz, tengo que confesar que me encantaría poder ver una versión de Desayuno con diamantes con la intérprete que Capote quería para el papel: Marilyn Monroe. Por muy rentable que haya resultado este error de casting, hay que reconocer que Marilyn hubiera estado estupenda y mucho más creíble que Audrey. ¿Imaginas a Marilyn arreglándose para irse a Sing Sing? Yo sí.





Os recomiendo leer: http://plagiopuro.blogspot.com/2008/03/holly-golightly.html

11 comentarios:

isaac dijo...

¡qué grande holly! y más grande aún la recomendación;-)... espléndidas figuras, miss barón, ¡me convences! en unos días, otra inigualable, aunque no sea puta: la maga.

Anónimo dijo...

¿Desayuno con diamantes, eh? Sin embargo Audrey tiene pinta de no haber tomado muchos desayunos :P Audrey fue una actriz regulera cuyo mayor éxito fue compartido con Hannibal, el del equipo A. Que luego el retro se haya agarrado a ella para vender bolsos poperos es otro rollo...

Lasinverso dijo...

Hemos plantado la semilla del que será el club de fans más waltrapa de la historia: "Todos con Holly". Holly es en sí misma un crack, una estrella en este aburrido mundo gris, una bocanada de hierba fresca...ayy!!Lo de Marilym es harina de otro costal, yo ya tengo a la Hepburn en la cabeza y me costaría. Mmmmm, me encantaría recorrer el Paris de la maga. besos miles

Lucía Barón dijo...

guyb, te recomiendo "Historia de una monja", para que valores un poquito más a la Hepburn. Aunque en lo de los bolsos tienes razón...

Emilio V. Escudero dijo...

A mi me gustaría más ver a Trinidad Jiménez que a Madonna...y a Zapatero en lugar de Truman Capote!! Eso sí que sería una peli total!!

Emilio V. Escudero dijo...

Si Holly se hubiera presentado por Barcelona...¿Hubiera sacado escaño? Se lo darían a Marilyn? Fue culpa de D'Hont que no aceptara el papel? Aysssssssss, sacame de dudas!!

Lucía Barón dijo...

Emilio soy tu mayor fanss, ya lo sabes. Si Holly se hubiera presentado por Barna hubiera ganado el PP. Contento?

C.J.Orgaz dijo...

Dios mio! Que peli vi yo que no me enteré de que era una prostituta (eso si la más elegente del cine, ya quisiera la Roberts!). En mi inocencia creía que Holly era la típica mujer empeñada en casarse con un rico y por eso rechaza al rubio buenorro que vive en el piso de arriba... ay madre que no me enteroooo...

Unknown dijo...

La Hepburn es la puta menos creíble de la historia. Ni la pilingui más fina de Nueva York elegiría Givenchy para vestirse. A las zorrillas, por mucho que cobren, les gusta el diseño ordinario italiano. Pero ¿quién es el chulo que crea un clásico del cine y referente del buen gusto con un modelito de la Donatella Versace? ¿Quizá la Obregón?

pirrakas dijo...

Me hubiera gustado algún comentario sobre George Peppard del equipo A. En esa película está francamente bien. Pero nunca se puede vivir de la historia.

Lucía Barón dijo...

Pirrakitas, tus comentarios son los que más me gustan. Arco del Triunfo, Arco del Triunfo, Arco del Triunfo y mil veces Arco del Triunfo.